22 de noviembre de 2018

Ane, la todoterreno del atletismo

Siguiendo con la serie de entrevistas que iremos haciendo a lo largo de la temporada, nos paramos para conocer a una todoterreno del atletismo. Ella es Ane Garrido Ramos.

Ane es una de esas atletas que gusta tener en un grupo de entrenamiento, siempre positiva y con ganas de entrenar y, sobretodo, competir. Una atleta que sin tener una cualidad que la haga destacar en alguna prueba en concreto, es capaz de hacer de todo, pues sus ganas por conocer y hacer pruebas diferentes la llevan a hacer desde pértiga hasta martillo o media maratón.

Sobre esta última prueba, la Behobia-San Sebastián, es sobre la que hablaremos, ya que ha logrado ser tercera junior en la general.

Ane ha logrado hacer la carrera en 1.47.34, y entrar en el puesto 12277, una gran marca para una atleta que ha empezado a correr croses y largas distancias hace no mucho tiempo. Su mentalidad de atleta y sus ganas por conocer de cerca todas las pruebas la hacen ser un interesante plan para enganchar a la juventud que nos viene por debajo en categorías menores.

Más todavía, en el que este año la tenemos como monitora de categorías menores, su compromiso y su seriedad por cumplir con lo que se compromete nos está ayudando mucho y bien.

Para conocerla un poco más hemos hecho una pequeña entrevista a Ane.


¿Podrías decirnos como empezaste en el atletismo?

Desde pequeña me ha gustado hacer alguna actividad, estar haciendo algo. Empecé como la mayoría, con el fútbol, pero no era lo mío. Y probando, me quedé con el balonmano. Algunas veces nos tocaba salir a correr, y por el camino a la pista me llamaba la atención lo que hacían los de atletismo, era diferente. Y entre que coincidía con gente que iba a atletismo y algún que otro ánimo, me dio por decirles a los aitas que quería ir, y con 11 años y los entrenamientos ya empezados, Lolo me ayudó a quedarme con el atletismo.


¿Cuándo empezaste que tipo de pruebas eran las que más te gustaban?

Las que más me gustaban eran en las que veía que lo hacía fácil, que no me comía demasiado la cabeza. Sí que sufría con el barro, me quedaban justas las vallas y mi mejor elección no iba a ser los saltos, pero el disco empezaba a disfrutarlo…