Hay noticias que gusta dar por los logros conseguidos por nuestro atletismo, pero a veces no hace falta tener un gran resultado para ser noticia. Son noticias que a mí, personalmente, me gusta dar porque están llenas de emociones, sentimientos y buenas sensaciones. Y sin duda alguna, el retorno a las pistas de Leire Gorritxategi, ha sido un gran reto personal. Leire se inició en el atletismo en el año 2007 de la mano de quien os escribe, Lolo García, en un nutrido grupo del año 1997 del que tengo grandes recuerdos. Sus inicios fueron prometedores, pues se desenvolvía muy bien en varias disciplinas como eran las carreras, los lanzamientos y los saltos. Un cuerpo fino, estilizado y fibroso, hacía de Leire un comodín para ponerla en cualquier prueba para hacer equipo. Pero el camino abierto dos años antes por su compañera Arantza Moreno en la jabalina, me hacía pensar que Leire podría ser otra fantástica lanzadora. Probamos, y no hizo falta hacerlo muchas veces, pues cogió la técnica con rapidez y facilidad pasmosas. Recuerdo esta fecha: 30 de abril de 2011, con gran alegría, pues siendo su primera actuación como cadete de primer año, Leire lanzó la jabalina de 500g hasta los 33.14, mínima para los Campeonatos de España. Se colocaba tercera en el ranquin estatal. A partir de ahí una carrera meteórica, buena progresión y buen rendimiento. Primera actuación en unos Campeonatos de España en Castellón y, casi casi, medalla de chocolate, 4º puesto. Año 2012, de nuevo en Castellón, su primera medalla en el Campeonato de España con una gran marca de 44.14, y hacía menos de un mes otra de oro en los Campeonatos de España por comunidades autónomas CSD en Zaragoza. Esto hacía que fuera un referente en la jabalina, y empezó a acudir a las concentraciones con la española en León. Ya en el año 2014, tuvo su primera experiencia como internacional, y fue hasta Baku, en Azerbaiyán, donde rindió a un buen nivel. A partir de aquí, Leire fue al centro de alto rendimiento en Fadura, donde estudiaba y entrenaba, y mi etapa con ella terminó, o mejor dicho hizo un paréntesis. Estuvo ahí tres años, donde mejoró técnica y fuerza, entrenando con su compañera de siempre, Arantza, en el mismo grupo. Pasado un tiempo, su rendimiento se estancó un poco, y las lesiones le apartaron de las pistas temporalmente. Volvió a competir, pero su codo no respondía bien, por lo que sus marcas no mejoraban. Y de ahí viene un poco el cansancio psicológico. Luego el parón de la Covid-19 y, a finales del 2019, Leire me dice que quiere volver a casa y a entrenar de nuevo conmigo. Qué alegría volver a contar con ella. Y como he dicho antes, tenía ante mí un gran reto que aceptaba con mucho gusto. Pues bien, después de casi dos años parada, Leire volvía a lanzar, y lo hizo en Elche con su club de siempre, el Bidezabal de Durango, en la liga de 1ª división, donde con mucho respeto a no querer lesionarse de nuevo, realizó un lanzamiento sí y otro no, para descansar el antebrazo y el hombro que le estaba dando problemas de nuevo. Lanzó 38.12, una marca que me ha sorprendido, viendo cómo estaba con el hombro tres días antes. Pero sin duda la mejor de las noticias es que Leire ha vuelto, y ha vuelto con una gran sonrisa, disfrutando del momento y, cómo no, haciéndonos a los que la tenemos cerca de nosotros, disfrutar de ella. Cómo me alegro de veras. Espero que esta sea la primera de muchas más. Zorionak.